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El Entorno de la Zona Arqueológica

Dedicamos el presente apartado al espacio boscoso que media entre las ruínas del yacimiento arqueológico, en la línea misma de la carretera antigua y la carretera moderna abierta por Unión Fenosa trescientos metros a NW,y  a una cota superior, al quedar la primera  inutilizada por el embalse de As Conchas.Se trata, en parte, de terrenos expropiados, los más próximos al pantano y, en sectores, de bosques privados poblados de árboles autóctonos, en muchos de los casos centenarios. Abundan los umbríos robledales, pero son frecuentes también las matas de abedules, sauces, alisos, fresnos y otro sinfín de especies propias del bosque atlántico.A ello se une la característica conformación  del terreno en suaves laderas aterrazadas , a la vez que compartimentadas en parcelas de propiedad privada separadas por muros de mampuestos graníticos asentados a hueso conforme al uso tradicional.

Comunican entre sí a los diferentes parajes de este conjunto caminos carreteros, hoy día casi ciegos y, por veces, tajados sobre el terreno por el uso, que unían entre sí ,en otro tiempo, a las aldeas de Quintela y O Baño, a la vez que con sus fincas de labor respectivas. Resultan, además, elementos integradores del conjunto la gran concha natural, paraíso de verdor y de quietud, en la que manan las aguas termales, sin olvidar la belleza azul del inmediato embalse, la opulencia del soto de plátanos ,ya casi centenarios, de la alameda de Porto Quintela o la fascinante hermosura, en la lejanía, de los picos de Fontefría, en O Xurés. Ante la interrelación de elementos tan relevantes, nos ha parecido que lo más adecuado sería contribuir a su integración plena sobre un paisaje único por su belleza, ya que no existe combinación más sugeridora que la de las ruínas arqueológicas limpias dentro de un entorno natural cuidado, tal como ya, en parte, viene sucediendo y casi todos admiran. Ahora bien, nuestro propósito es avanzar en la extirpación de la maleza a lo largo de todo el conjunto envolvente de la arboleda, respetando lo existente, levantando lo caído y restituyendo el paisaje tradicional del lugar, tal como en otro tiempo era, con sus muros de cierre separando los predios, sus cancillas de madera cerrando las entradas , además de los senderos, canteras, molinos, fuentes y todo tipo de patrimonio natural o etnográfico que pueda salir al paso , a la vez que ambicionando construir, como complemento, en una curva abandonada, pero estratégicamente situada de la carretera actual, una torre-mirador, imitación de las romanas de frontera, desde la que pudiera contemplarse, a partir de tal eminente emplazamiento, el conjunto, tan bellamente integrado, de parque y asentamiento militar romano.Y este sería, además, el punto de partida del haz de sendas tradicionales redescubiertas  ya que, convertidas en itinerarios verdes, permitirán visitar cada uno de los rumorosos rincones de este pequeño parque natural al que nos estamos refiriendo. El intento vale la pena, según certifican las primeras valoraciones efectuadas sobre lo hasta ahora llevado a cabo.En definitiva, arqueología y ambiente, por fuerza tienen que ir de la mano a la hora de poner en valor un sitio histórico singular diseñado por la naturaleza y el hombre para disfrute, tanto de los moradores del entorno, como de sus potenciales visitantes, ya muchos en la actualidad.Pero resta todavía mucho que admirar en el entorno, más  o menos inmediato, del área arqueológica o museística, como sería el caso de la basílica de Santa Comba  ,Castro de Vemes o Lobosandaos, Castro de Rubiás  y vía romana  Aquis querquennis –Lucus Augusti, una vez derivada  de la Via Nova.

Hay que tener presente, además,  que el monumento más famoso del entorno es la basílica visigótica de Santa Comba, a dos escasos kilómetros del yacimiento romano siguiendo la carretera rumbo  a la frontera portuguesa. Existió otrora, también en las inmediaciones de la basílica,  un yacimiento romano relacionado , al menos remotamente, con dicha construcción.

El templo al que nos referimos  ha sido estudiado por diversos investigadores que, sin embargo,  no se ponen totalmente de acuerdo a la hora de determinar su estructura originaria y fases de construcción. A nuestro entender, y partiendo de la fundada sospecha de que, antes de esta  edificación, se levantó en el lugar otra anterior paleocristiana, según demostrarían los restos marmóreos del interior, nos atreveríamos a avanzar que la basílica que actualmente permanece sería de datación visigótica, con algunas reformas en la época mozárabe , más los añadidos pictóricos y estructurales del siglo XVI. En el interior se conservan algunos elementos muebles romanos, tales como un miliario de la Via Nova atribuible a la milla LI; un ara dedicada a Júpiter por un ilustre personaje foráneo, posiblemente, y los restos de un relieve bifronte de excelente ejecución, vestigio de una estela romana probablemente.

En cuanto al Castro de Santa Cristina o Lobosandaos, decir que era conocido como  Castro de Vemes  en el Medievo pese a estar ausente cualquier indicio de fortaleza de esta época dentro de su recinto.Dista del campamento unos tres kilómetros, en línea recta, hacia NW.Ya casi sin vestigios de murallas, que las tuvo en los dos recintos que se le atribuyen, ofrece un imponente foso por su parte más vulnerable, la noroccidental.

Ha sido objeto de dos breves campañas de excavción realizadas bajo la dirección del profesor Rodríguez Colmenero  en 1982 y 1985 durante las que fueron puestas  al descubierto diversas cabañas de diferente planta y parte de una de las entradas del recinto exterior.El expolio obtenido ha resultado de gran interés, con jambas de puerta decoradas, dos puñales de antenas y varios denarios de Augusto.Se está estudiando ponerlo en valor ya que puede ser considerado, tal vez, el castro de mayor tamaño del territorio de los Quarquernos.

En lo que respecta  al Castro de  Rubiás, se halla sepultado actualmente bajo la aldea del mismo nombre, en las inmediaciones de Bande, intuyéndose todavía parte de su sistema defensivo.Pese a no haberse efectuado dentro del yacimiento excavación programada alguna, el expolio ocasional procedente de su ámbito resulta de un valor excepcional: una dedicatoria a Trajano, guerreros galaicos, elementos arquitectónicos decorados, epígrafes funerarios  de un gran valor etc.Todos estos elementos, pero sobre todo el hecho de que apareciese en este lugar la dedicatoria a Trajano,  sugieren que era en este oppidum en donde radicaría la capital de los Quarquernos, progresivamente en declive ante el creciente empuje de la cercana mansión viaria de la Via Nova que llegaría a convertirse en ciudad.

Finalmente, y en lo que atañe a la vía romana Aquis Querquennis-Lucus , a la salida de la aldea de Os Chaos, y hacia Santa Comba derivaría de la Via Nova  un ramal que, proseguiendo hasta la ciudad de Lucus Augusti, cruzaría el río Miño en  Ourense. En su inicio, desde Os Chaos, se iría encaramando por detrás de Santa Comba hasta el pie de monte meridional del Castro de Lobosandaos para, desde allí, avanzar hacia el noreste por la ladera, acogiendo para ello un óptimo gradiente, hasta la aldea de Vilela, primero, y Rubiás y sucesivas después.La plataforma de la vía, en algunos lugares perfectamente conservada  todavía, resulta plenamente discernible y son bastantes los lugares en donde se perciben los tajos efectuados en la roca para embutir  sobre ella la caja de la vía. Recorrer ese tramo, no menos impresionante que los de la Via Nova,  de la que parte,debería resultar para el caminante un verdadero placer.